La Sainte Chapelle

Para mí es el típico monumento de cualquier ciudad que, siendo una obra de arte y una auténtica maravilla, no es tan conocido como otros que, tal vez, no son para nada mejores. Algo así es como podríamos definir a la Sainte Chapelle de París, una de las mejores iglesias góticas que he podido ver nunca.

A mediados del siglo XIII al rey, Luis IX, se le ocurrió la idea de construir una pequeña capilla para albergar las reliquias de la Pasión de Cristo, concretamente la corona de espinas y un trozo de la Santa Cruz. Lo que en un principio se pensó como una pequeña capilla se convirtió en lo que podemos ver hoy.

La primera pregunta que me hice al verla fue… ¿cómo pudieron tardar solamente siete años en construir esta maravilla, y en pleno siglo XIII?. Lo siguiente fue pensar que posiblemente estaba ante la iglesia más bonita de París. Una pena que la Revolución Francesa, el daño tan tremendo que hizo a los grandes monumentos parisinos, oiga, no nos permita hoy ver la iglesia original, sino una restauración llevada a cabo en el siglo XIX.

Eso sí, las impresionantes vidrieras son del siglo XIII. Son tal vez lo más impactante del templo ya que, por extraño que os parezca, se colocaron a conciencia, sin muros. Son 670 metros cuadrados de vidrieras, especialmente en la capilla alta, a la que sólo podía acceder en su origen la familia real. Tan solo están separadas por pilares. Imaginaros el efecto de la luz cuando estáis allí, una verdadera pasada.

La capilla de la parte baja no es tan deslumbrante como la anterior. Mucho más sombría, incluso se podría decir que da la impresión de ser una cripta, apenas tiene siete metros de altura, pero es la que en realidad soporta el peso de todo el conjunto. Claro, era aquí donde podía entrar la servidumbre, ¿os suena de algo?.

Os cuento un secreto… la mejor hora para visitar la Sainte Chapelle es al atardecer, cuando la luz del ocaso penetra con una sensiblidad especial por las vidrieras. Se produce un efecto mágico difícilmente comparable. Mi favorita es la Vidriera de la Pasión de Cristo, que está sobre el ábside, y en la que se pueden ver escenas de la Crucifixión de Cristo.

Ni que decir tiene que hay otros lugares en el interior de la iglesia que merecen mucho la pena, detalles que no se os pueden escapar, como el enorme rosetón, las estatuas de los apóstoles que están colocadas sobre los pilares, el Oratorio de San Luis, por el que el rey Luis IX oía misa sin ser vistoy muchas otras pequeñas joyas que os deslumbrarán aquí dentro.

– Información adicional

  • Dirección: Boulevard du Palais, 4
  • Horarios: La Sainte Chapelle se puede visitar todos los días de 10.00 a 17.00, y en verano de 09.30 a 18.30 horas.
  • Precios: La entrada cuesta 7,50 euros, y gratis para los menores de 18 años y el primer domingo de cada mes de octubre a marzo.

– Cómo llegar

La mejor forma de llegar hasta la Saint Chapelle es en metro. Os podéis bajar en las paradas de Cité o Saint Michel.

Foto Vía El Jardín de Giverny