El Museo Carnavalet

Aunque no sea un lugar que disfrute de la popularidad de los grandes museos parisinos, en este conjunto formado por dos palacetes se presentan verdaderos tesoros. En él se sigue cronológicamente el devenir de la capital francesa desde la prehistoria hasta hoy en día con ayuda de pinturas, esculturas y, más que nada, con mobiliario y objetos de la vida cotidiana.

El Museo Carnavalet se encuentra en la 23 rue de Sévignée (Metro Saint-Paul Chemin Vert). Abre de martes a domingos de 10.00 a 18.00 horas y cierras los lunes y los festivos. Entrada gratuita a las colecciones permanentes. Al penetrar en el patio del museo se admira uno de los pocos palecetes renacentistas de París.

La visita comienza con las dos famosas salas de letreros de tiendas parisinas, cuya última adquisición ha sido la del cabaré Chat Noir. Hay que ver las decoraciones en madera blanca y oro del salón del palacete de Uzes realizadas por Ledoux, los techos del gran gabinete y la habitación principal del palecete de La Riviere de la plaza de los Vosges, pintados por Le Brun.

La conocida residente del lugar, Mme. de Sevigné, es evocada a través de sus retratos. El  mobiliario Luis XV, como el salón del grabador Demarteau pintado por Boucher y Fragonard, anuncia el paso a la segunda parte del museo.

En la Mansion Le Peletier de Saint-Fargeau, en el invernadero se presentan los objetos descubiertos durante excavaciones arqueológicas, como las piraguas neolíticas y un sorprendente neceser de un cirujano de la época galo-romana. La Revolución está representada en un retrato de Danton y un busto de Mirabeau. Resultan impresionantes los pocos muebles de Luis XV y su familia que se llevaron con ellos al cautiverio en la torre del Temple.

Para evocar el Primer Imperio se presenta el célebre Retrato de Madame de Recamier, obra de François Gérard. Los lienzos de Corot nos llevan al principio del siglo XX con La habitación de Marcel Proust. El salón de baile del palecete Wendel, con una decoración de la década de 1930, ilustra la marcha de la reina de Saba y encuentra su igual en la última sala, con la decoración de la joyería Fouquet, obra de Mucha.

Foto vía Cvlvre.com