Un paseo por Ménilmontant

Al este del parc de Belleville se revela otra cara del viejo París: la rue de la Mare, rue des Envierges, rue des Couronnes y la encantadora rue des Cascades. Esta última conserva una fuente dentro de un casita de piedra que sigue, sigue dando agua excelente, que se puede beber en el restaurante de la calle.

En la rue Ménilmontant, la antigua fábrica de espejos La Miroteire conserva talleres de artistas okupas gracias a su subsuelo poco firme para aguantar una casa de pisos. Es un lugar abierto con un patio realmente surrealista. A veces se organizan actividades de todo tipo.

Desde la terraza de un edificio moderno del número 49 de la rue de l’Ermitage se contempla una interesante y conmovedora perspectiva de terrazas, jardines y calles tortuosas que dan una idea de la configuración del antiguo pueblo.

En cambio, la rue des Amandiers, que sale de la rue de Ménilmontant frent e a la iglesia Notre Dame de La Croix, es ejemplar por sus construcciones modernas, sobre todo entre esta calle y la rue de Tlempecen.

Cerca de la iglesia, en el corazón de Ménilmontant se halla la place Maurice Chevalier, que lleva el nombre del famoso cantante. La plaza conserva el encanto provincian que tuvo el pueblo, con su église de Notre Dame de La Croix, de estilo neorromántico, y sus árboles. La adorna la fuente Wallace.

Subiendo Ménilmontant se llega al Pavillón Carré de Baudoin. Este hermoso hotel del siglo XVIII fue la casa particular de los hemanos Goncourt en la época de su esplendor. Hoy en día, orgniza el Salón de los Artistas del Distrito XX, entre mediados de noviembre y principios de diciembre. Inaugurado en junio de 2007, este centro organiza conferenecias en su auditorio los jueves desde las 18.00 a las 20.00 hroas sobre los temas más variados.

Foto vía Choose Blog