La comida callejera tradicional de la capital francesa son las crepes. Hoy en día, hay bastantes puestos de crepes de calidad, aunque no tantos como antaño. Además, existen establecimientos para comprar sabrosos bocadillos con un extenso surtido de opciones: un parisien es un tipo de baguette que normalmente lleva queso emmental con queso; los bocadillos rellenos de camembert suelen estar deliciosos.
El término crudité (ensaladas) es ambiguo, dado que puede incluir también ingredientes no vegetarianos. El mejor tentempié de París es fougasse (foccacia), pan ácimo recién hecho con sabrosos ingredientes que se sirve directamente de un horno de leña y se rellena con los ingredientes a gusto del cliente; excelente es el de Cosi, en la rue de Seine.
Además, las principales zonas turísticas de la ciudad bañada por el río Sena cuentan con diversos establecimientos de kebabs para una comida rápida y sabrosa.
Por otro lado, las heladerías abren alrededor de mediodía y permanecen abiertas hasta tarde durante la época veraniega. Merece la pena hacer cola para tomar los mejores helados de la capital francesa en la Maison Berthillon. Los paladares más exigentes se desplazan hasta aquí y esperan en la cola que da la vuelta a la esquina para pedir una o dos bolas de deliciosas variedades.
El helado de cacao, muy intenso, es insuperable y también son deliciosos los sabrosos sorbetes. Aunque existen varias sucursales de Berthillon a lo largo de toda la ciudad, os recomiendo el establecimiento de la Ille St-Louis, pues no hay nada mejor que pasear por la orilla del bello río Sena saborenado uno de sus ricos cucuruchos.
Por último, Amorino, una bonita heladería de estilo italiano, también es un buen lugar, destaca su amaretto, un helado espolvoreado con galletas amaritti. Seguro que te gustará muchísimo.
Foto vía HostelBookers.com