La mayor monografía organizada sobre Diego Velázquez en el último cuarto de siglo ya se puede visitar en el Grand Palais de la capital francesa.
La exposición reúne 51 cuadros cedidos por museos de varios países y se podrá visitar hasta el próximo 13 de julio (la entrada general cuesta 13 euros, la reducida, 9 y es gratuita para menores de 16 años).
Se trata de todo un hito para el público francés, que nunca ha tenido la oportunidad de ver físicamente las obras de Velázquez, borrado de la faz de los museos y colecciones del país galo cuando la docena de piezas de la colección de Luis Felipe I, último monarca de los franceses, fueron subastadas después de la revolución republicana de 1848.
Mientras Velázquez jamás fue olvidado en España, sí fue desconocido durante muchos años en Francia, o más bien mal conocido. La antología trata de subsanar este vacío. Velázquez fue el cabecilla de la escuela española, pintor habitual del rey Felipe IV, en el momento en que España dominaba el mundo, fue el contemporáneo estricto de Van Dyck, Bernini y Zurbarán, su arte le elevó a un rango de intemporalidad
Si se tiene cuenta que la producción atribuida al pintor español es de unos cien cuadros solamente y que una retrospectiva completa es bastante complicada dada la dispersión de las obras, la exposición parisina tiene un gran nivel.
En esta muestra, se puede ver cuadros de todas las épocas del maestro español, entre ellas los magníficos óleos como La fragua de Vulcano (1630), cedido por el Prado; la Venus del Espejo (1647-1651), que llega de la National Portrait Gallery de Londres, y el Retrato de Inocencio X (1650), prestado por la galería romana Doria Pamphili.
La exposición tiene presente que para el público francés se hace necesario cierto matiz didáctico por su ceguera hacia Velázquez y trata de ser un análisis completo de la obra de Velázquez, desde los inicios del artista en Sevilla hasta sus últimos años.
Por último, se exhiben los principales interrogantes y descubrimientos de los últimos años, exponiendo por primera vez obras de reciente descubrimiento como el Retrato del inquisidor Sebastián de Huerta.
Foto vía The Objective