La huella romana, merovingia y carolingia en París

A mediados del siglo I A.C., los romanos convirtieron un pequeño asentamiento galo de cabañas de barro en la Ile de la Cité, en un capital provincial denominada Lutecia. De allí nació París.

La huella romana en la capital de Francia es bastante limitada. Sabemos que lso romanos erigieron un templo en honor a Júpiter en el emplazamiento actual de la Cathédrale de Notre-Dame y que en la actual Rue Soufflot, cerca del Pantheon y del Jardín de Luxemburgo, se construyó el clásico foro romano.

Podemos ver varias construcciones romanas en la Cripta Arqueológica que se halla debajo de las plaza situada frente a Notre-Dame. Además, hay que vistar las  Arenas de Lutecia, un anfiteatro romano descubierto en 1869 y reconstruido en 1917, hoy en día es un campo de juegos para los vecinos. En el siglo I, este anfiteatro llegó a tener una capacidad de más de 10.000 espectadores.  

En el Museo Nacional de la Edad Media, se alberga varios restos de termas romanas y el llamado Pillier des Nautes, el pilar de los marineros. Se trata de un monumento de 2,5 metros de altura erigido en honor a Júpiter y construido por los el gremio de los marineros de la Ile de la Cité en tiempos del emperador romano Tiberio (1-37 D.C. ).

Durante el dominio merovingio y carolingio (siglos V-X) en París se construyeron muchas iglesias, pero apenas quedan en pie. Por ejemplo, a principios del siglo VI, el rey merovingio Clodoveo I ordenó la construcci´no de una abadía dedicada a San Pedro y San Pablo en la orilla sur del Sena. De aquella abadía sólo queda la Tour Clovis, una torre románica completamente restaurada.

El hijo y sucesor de Clodoveo, Childerico II, hizo edificar la abadía de Saint-Germain de París, donde se enterraron los reyes merovingios durante los siglos VI y VII. La actual Iglesis de Saint-Germain se alza en el emplazamiento de esta abadía.

Foto vía París, un recorrido diferente