Comer en el lujoso restaurante Le Taillevent

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Bogavante azul, pez de San Pedro, pollo de Bresse, queso y una «omelette» noruega de postre, junto a cinco de los mejores vinos blancos de Francia, es la oferta  del restaurante Le Taillevent (rue Lamennais,  15). Este menú especial cuesta 1.200 euros lo que le coloca entre los más caros de Europa

Este elegante restaurante tiene dos estrellas Michelín y conjuga la alta cocina del chef Alain Solivérès con los más destacados caldos blancos franceses. Este menú especial está disponible hasta el próximo 10 de enero, y sólo han ofertado cinco mesas de diez comensales cada una.

Dos ya han sido servidas, otras dos están reservadas y la última está a disposición de los bolsillos más acaudalados. El elevado precio es debido en gran parte a que las botellas que se sirven son excepcionales y de las más caras del planeta.

Este espectacular banquete arranca con un bogavante azul gratinado «a la cardinale», una forma de cocción que logra que el caparazón sea rojo como las vestimentas de los cardenales, acompañado de una rica guarnición de trufas negras y sabayon.  Para acompañarlo se saborea un Châteu Grillet de 2005, un vino joven de una denominación de origen especial por sus pequeñas  dimensiones  y su orientación sur.

A continuación, se prueba el  pez de San Pedro envuelto en algas servido con patatas panaderas, berberechos y mejillones regados con una salsa de vino blanco y marisco. Este impresionante plato se marida con un excelente  Savennières-Coulée de Serrant de 2004.

Para acompañar el tercer plato, se apuesta por  un Marquis de Laguiche de 2002, de la denominación de Montrachet, un perfecto aliado para acompañar el pollo, cocinado con trufa y foie gras.

Antes del postre se saborea un queso, un Comté viejo, de 36 meses, que va de la mano de un Château-Chalon de 2005. Simplemente, maravilloso.

Por último, el menú finaliza con una «omelette» noruega, que juega con el contraste de sabores entre el sorbete de mango y la capa de merengue que lo recubre y que se flamea en la sala. Este postre se sirve junto a un Château d’Yquem de 2003.

Foto vía Cocina