Delicatessen en París

En París, uno puede disfrutar de la comida como pocos sitios en el mundo. Así, con casi 400 los tipos de queso que se producen en Francia, muchos con procedimientos aún artesanales. A pesar del elevado consumo de quesos parece que el nivel del colesterol de los franceses se mantiene bajo control.

El rito del queso se celebra con cada comida, acompañado de pan fresco (el de Poiläne o el de la Boulangeries Paul) y de un vaso de vino tinto (de Legrand, de las sofisticadas Caves Taillevent).

En París, algunas tiendas, auténticos santuarios de la cultura del país, se reparten la palma por la calidad de sus productos. No es complicado dar con ellas: pasando cerca de los grandes maestros queseros Alléose o Androue Cantin o la Fromagerie Barthélemy y el agradable olor atrae desde la calle.

Por otro lado, las especialidades más caras y costosas pueden adquirirse en las famosas tiendas de gastronomía (Fouchon en Lafayatte Gourmet, verdadero emporio del paladar, en el interior de las Galeries) , y también en las de caviar, exquisitez que fue traída a París por los inmigrantes rusos de finales del siglo XIX. Entre las tiendas más famosas están Pétrossina y Caviar Kaspia, ambas con restaurante.

En cuanto a los postres, en París no puedes renunciar a ellos. Y sean un trozo de tarta casera o un dulce expuesto en la vitrina de una pastelería parisina. On un bombón. ¿ Cómo resistirse a la tentación del chocolate en sus múltiples presentaciones? En Christian  Constant se encuentran estas delicatessen junto a dulces maravillosamente realizados y excelentes sorbetes.

Pero también el resto de la tiendas tienen su especialidad. Debauve et Gallais es un monumento nacional por su decoración, que se remonta a 1819; cada chocolate parece una flor preciosa y cada grano de café bañado en chocolate es distinto a los demás.

Por último, la Maison du Chocolat es una de las mejores chocolaterías de Farncia y su dulce de chocolate, las ganaches y los macaron no se olvidan fácilmente.

Foto vía Armando Rampas