Chaillot

Chaillot fue un municipio independiente hasta el siglo XIX, cuando fue absorbido por la ciudad. Posteriormente, durante la expansión urbanística del Segundo Imperior se crearon amplias avenidas y lujosas mansiones. El monumento principal es el Palais de Chaillot, en lo alto de la pequeña colina de Chaillot, con dos grandes alas de piedra blanca abrazando los jardines del Trocadero y una terraza sobre el río Sena, frente a la Torre Eiffel.

Frente a la terraza hay dos estatuas de bronce, Apolo, de Henri Bouchard, y Hércules, de Pommier. Bajo la terraza está el Theatre National de Chaillot, con espacio para 1.200 espectadores. Este palacio es de estilo modernista y fue erigido para la Exposición Universal de 1937.

Detrás del palacio se sitúa la plaza del Trocadero, de 1858, originariamente llamada Place du Roi-de-Rome, el título del hijo de Napoleón. Esta plaza tiene elegantes cafés y en el centro se alza la estatua ecuestre del mariscala Ferdinand Foch, héroe de la 1ª Guerra Mundial. Además, destacan los cercanos jardines del Trocadero, diseñados en 1937. Con sus árboles floridos, paseos y puentes, es un lugar ideal para un romántico paseo. También cerca de la plaza del Trocadero se encuentra el cementerio de Passy que acoge las tumbas de personajes famosos como Edouard Monet, Marie Bashkirtseff, Gabriel Fauré o Henri Farman.

Además, el Palais de Chaillot alberga tres interesantes museos. El Musée de l’Homme  acoge una antología fascinante de la evolución del hombre desde la prehistoria hasta hoy en día. El Musée de la Marine está dedicado a la historia de la marina francesa y las industrias relacionadas con el mar. Y el Cité de l’Architecture et du Patrimoine que es un auténtico homenaje al patrimonio arquitectónico francés.

La visita a Chaillot se debe completar con el Musée du Vin, la Maison de Balzac; el Musée National des Arts Asiatiques-Guimet; así como varias mansiones que albergan embajadas y bastantes restaurantes exquisitos como L’Astrance, Maison Prunier o Jamin.

Foto vía Destino