Y terminamos de conocer más datos y secretos de París. Así, podremos disfrutar mucho más de nuestra visita a la capital gala. París merece mucho la pena y os aconsejo visitarla, vivirla y enamorarse de ella.
1º. Los viñedos de París:
En Montmartre existen las viñas urbanas más cuidadas y fotografiadas del mundo, y además dan un vino con buen sabor, si bien es muy caro por su rareza y escasez, apenas se consumen 300 botellas al año. Su vendimia en octubre es todo un acontecimiento, con un desfile más que singular por los alrededores del monte bohemio de París.
2º. El Pont Neuf:
El rey Enrique IV mandó levantar el Pont Neuf con el fin de reflotar urbanísticamente al gran París después las guerras de religión que habían acontecido en la ciudad durante el siglo XVII. La unión de las dos orillas se convirtió en todo un icono de unificación nacional, con el que hoy en día es el puente más viejo de París, y que curiosament se llama literalmente, puente nuevo.
3º. El Defensor del Tiempo:
El Defensor del Tiempo es una pequeña pantomima mecánica en forma de reloj con la que los buscadores de tesoros raros se topan en el parisino barrio de l´Horloge, al lado del Centro Pompidou. Un guerrero lucha contra un dragón, un cangrejo y un gallo, en una clara alusión a la pugna contra el paso del tiempo entre terremotos, maremotos y huracanes, representados por las criaturas enemigas respectivamente.
4º. El Metro de París:
El metro de París ha recibido influencia de uchos movimientos artísticos, no obstante es la estación de Arts-et-Metiers la que más destaca por su originalidad. Esta estación sobresale por su diseño industrial o submarino que hace muy amena la espera de cada tren. Asimismo, los vagones llevan ruedas de goma, lo que impide los molestos chirridos.
5º. Las gárgolas de Notre Dame:
Las gárgolas que decoran la catedral Notre Dame son famosas por sus grotescos perfiles, que se cuenta fueron creados con el fin de proteger a la catedral de los espíritus malignos. Su aspecto engancha y siempre que se contemplar Notre Dame, uno se fija en las gárgolas.
Foto vía Turismo en fotos