El Memorial de la Shoah en Drancy (una localidad situada a unos 10 kilómetros de París) , el campo de internamiento nazi más destacado de toda Francia, abre hoy sus puertas el para poner rostro y reavivar la memoria de los más de 70.000 judíos que pasaron por él y de los cuales 63.000 fueron deportados al campo de exterminio de Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial.
La Cité de la Muette, un complejo de viviendas corriente compuesto por cinco altos edificios, se convirtió duranet esta contienda bélica en un lugar sin retorno para más de 70.000 judíos.
Este museo, que complementa al que hay en París, tendrá como finalidad explicar la exclusión y la deportación de quienes pasaron por Drancy para que nunca se olvide este horror. El Memorial de la Shoah trata de hacer reflexionar a los visitantes y pensar también en el antisemitismo actual.
El edificio donde se ubica el Memorial fue diseñado por el arquitecto suizo de origen judío Roger Diener. Este espacio cuenta con un centro documental, una sala de conferencias y una exposición permanente, que permiten al visitante profundizar en los recuerdos de quienes permanecieron en Drancy.
Pese a que no hay casi imágenes de la vida en el campo, los responsables han logrado recuperar varias fotografías de los internos, que reciben al visitante proyectadas sobre la pared del vestíbulo de entrada del museo para demostrar que el Holocausto fue algo horrible, no una simple estadística.
El campo de Drancy, concebido como alojamiento provisional, acumuló unas condiciones de hacinamiento e insalubridad extremas lo que provocó en una situación sanitaria tan insostenible que en noviembre de 1941 una comisión médica nazi tuvo que dejar en libertad a casi un millar de internos.
Dirigido por las autoridades nazis, si bien gestionado por el Gobierno de Vichy, Drancy constituye un perfecto ejemplo del colaboracionismo francés de Vichy con el régimen nazi, una actitud que ha tardado décadas en ser reconocida por las autoridades francesas.
Por último, el centro rememora a los llamados «Amigos de los judíos», franceses, en su mayoría jóvenes y estudiantes, que fueron retenidos en el campo por solidarizarse con los internos, saliendo a la calle con bandas alrededor del brazo que caricaturizaban la estrella de David impuesta a los auténticos judíos.
Foto vía Turismito