«Le chat noir», una exposición del cabaret parisino

La atmósfera literaria artística y musical de “Le chat noir” (El gato negro), el famoso cabaret de vanguardia de la capital francesa de finales  del siglo  XIX y el primero con piano, regresa a  Montmartre, a través de una interesante exposición en el museo de este conocido barrio parisino. Estará abierta hasta el 13 de enero de 2013.

Fundado en 1881 en su primera localización del Boulevard de Rochechouart, al pie de la colina de Montmartre sobre la que se eleva la basílica del Sagrado Corazón, “Le chat noir” se ergió en el primer cabaret artístico, literario y musical de la vanguardia de París.

«Le Chat Noir» fue el rimer local público autorizado por la policía francesa  para tener un piano. Este cabaret era un escenario de improvisación, donde los programas variaban e incluían canciones o teatro de sombra. Todo ello encandiló a  numerosos parisinos y turistas.

Pianistas como Erik Satie, que compuso varias de sus famosa “Gymnopédies” en el piano del cabaret, o Claude Debussy, frencuentaban este cabaret, del que el museo parisino reconstruye algunos de sus espacios.

El Museo de Montamartre se halla en  la calle Cortot, muy cerca  del turístico cabaret “Au lapin agile” y alberga  una colección de más de 200 obras, entre ellas algunas de Henri de Tolulouse-Lautrec, Edouard Vuillard y otros contemporáneos de “Le chat noir”, que permiten reconstruir la atmósfera de aquel sitio.

En su origen se  presentó como un cabaret de estilo Luis XIII, decorado al estilo medieval tan del gusto de finales del XIX y se alojó en lo que había sido una estafeta de correos. El cabaret estaba formado por  dos cuartos en los que no cabían más de treinta personas y la habitación más oscura fue llamada “el Instituto”, una evidente alusión a la conocdia  Academia que se situaba a la otra orilla del rñio Sena, y al que podían acceder solamente artistas, escritores y músicos que frecuentaban este cabaret.

La  fama de «Le Chat Noir» perduró e influyó en otros locales que abrieron sus puertas en la colina de Montmartre y de los que fueron clientes habituales los artistas españoles que en el cambio de siglo llegaron a la capital francesa.

Foto vía Paradigmas