Un paseo por Saint-Germain-Des-Prés

La place y la rue peatonal de Saint-André-des-Arts son un buen punto de partida para llegar al boulevard de Saint-Germain-des-Prés, que discurre paralelo a aquella.  La calle Saint-André-Des-Arts tiene interesantes casas antiguas, pequeños comercios y el pintoresco Passage de l’Hirondelle que lleva a la rute Git-le-Couer.

Las calles que confluyen con Saint-André-des-Arts conservan algunos lugares de interés. Así, en el número 30 de la rue Dauphine, se encuentra situado el Passage Dauphine, correspondiente al camino exterior de la muralla de Philippe Auguste.  Además, todo el barrio de Saint-Germain-Des-Prés está lleno de galerías de arte,  como las de la propia rue Mazarine y la paralela rue Seine.

El carrefour de Buci, que comunica las rues de Seine y l’Ancienne Comédie, se anima gracias a su mercado diario. En el número 13 de esta última se halla el Café Procope, el más antiguo de París.  Desde la espléndida Cour du Commerce Saint-André se llega a la Cour de Rohan al que se accede por la rue Jardinet, hasta las 20.00 horas, y por el boulevard Saint-Germain después.

Un poco más allá está la Casa de Catalunya. Enfrente merece la pena asomarse al decorado de 1900 del Relais Odéon. Prosiguiendo el itinerario por el boulevard de Saint Germain-Des-Prés, tras rebasar la rue de Seie, se llega ante la iglesia homónima. Esta iglesia, que conserva un pórtico románico del siglo XII, es la más antigua de París y el único vestigio de la poderosa abadía benedictina que conoció un gran impulso intelectual y político entre los siglos VIII y XII.

La place Furstenberg es una plaza recóndita con cuatro árboles y una farola que corresponde al antiguo patio de honora de la abadía de Saint-Germain-Des-Prés. El pinto Eugéne Delacroix vivió aquí los últimos años de su vida (hasta 1863).

La casa ha sido transformada en museo, con la obra del pintor y sus objetos personales: el Musée Delacroix. Las obras están expuestas en el taller del pintor así como sus objetos personales y algunos documentos en los que evoca su relación con Baudelaire, Gauthier o la escritora George Sand.

Foto vía Flickr