Los sabores de París

Desde los lujosos templos de la alta cocina hasta las tabernas de barrio más humildes, París es un paraíso para gastrónomos, ya sea saboreando paté y trufas, un filete con patatas fritas, una fuente de marisco o un aromático cuscus marroquí.

Los establecimientos de la capital francesa ofrecen una completa gama de platos y, aunque los franceses pueden discutir largo y tendido sobre la salsa idónea para acompañar carnes y pescados o sobre el vino apropiado para cada plato, siempre coinciden en que su cocina es la mejor del mundo.

El concepto de cocina francesa clásica se forjó en los palacios reales y en los castillos feudales, con especial énfasis en el lujo y la presentación por encima de la frugalidad.

Los platos suelen aderezarse con espesas salsas de mantequilla o nata y se realzan con ingredientes selectos como trufas, paté, setas y alcohol. Las carnes se tratan con reverencia, y se pregunta al cliente como prefiere que se cocine la carne de ternera, cordero o plato.

Además, algunos de los platos tradicionales más típicos son guisos cocinados a fuego lento como el coq au vin, y el bouef bourguignomme, así como el cassoulet, un guiso del suroeste a base de pato al horno, alubias y salchichas.

Por otro lado, en lo qu todos los chefs están de acuerdo es en la importancia de utilizar ingredientes de primera calidad, y no hay mejor lugar para apreciar la calidad de los productos franceses que en los mercados de París.

La cocina de las provincias francesas hoy en día es ampliamente elogiada y en la capital están respresentadas casi todas las regiones, desde la la rica cocina de Borgoña y Lyon hasta la célebre dieta saludable mediterránea de Provenza.

Por último, París ofrece una sorprendente selección de sabores internacionales, especilamente de las antiguas colonias francesas. En París, uno puede probar cualquier plato del mundo.

Foto vía Viajes y Turistas