Curiosidades parisinas: ver a los cadáveres durante el siglo XIX

el siglo XIX, acudir la morgue de París se convirtió en  una diversión popular para hombres, mujeres y niños de toda condición social y económica.

A finales de siglo XIX,  la morgue se había convertido , junto con la famosa Torre Eiffel o las Catacumbas, como una de las principales atracciones en la capital gala. No en vano, la morgue fue uno de los sitios parisinos más visitados de aquellos años. 

Vamos a citar dos claros ejemplos de esta pintoresca pasión en el París del siglo XIX.  En primer lugar, el 17 de marzo 1840, un cuerpo sin cabeza, que se asemejaba a un niño, se encontró en  La Villette.  A renglón seguido, se trasladó  a la morgue por la mañana y se le expuso tras un cristal, en una silla. Al mediodía ya había mucha gente esperando verle. El singular  espectáculo duró casi dos meses y medio.

Por otro lado, el 8 de noviembre 1876, se hallaron en el río Sena dos paquetes que contenían el cuerpo descuartizado de una mujer. El cuerpo fue «reconstruido», se cubrió con una lona y, sobre ella, se exhibió la cabeza. El 12 de noviembre acudieron más de 30.000 visitantes. El 13, 40.000, y el día 14, los registros de la morgue llegaron a las  68.250 entradas.

La exhibición pública de los cuerpos en París presentaba un propósito administrativo: la identificación y el reconocimiento de las víctimas. No obstante,  la visita a la morgue era por el morbo y la curiosidad de ver la muerte, o de ver un cuerpo desnudo o semidesnudo.

Los cadáveres se presentaban expuestos en habitaciones con un frente de cristal. Se usaron distintos medios de conservación de los cuerpos, como refrescarles con agua, hasta la instalación de potentes  equipos de refrigeración a finales del siglo XIX.

Para los críticos de la morgue, la moral pública se encontraba  en serio peligro. Al final, después de  una dura campaña en su contra, la morgue de París cerró sus puertas al público en el mes de marzo de 1907.

Foto vía Victorian París