El Museo de las Alcantarillas

El Museo des Eugouts, también conocido como Museo de las Alcantarillas, es un museo muy curioso que está abierto al público en 1867.  A través de este museo se podrá conocer la historia y obras subterráneas del sistema de alcantarillado de la la capital de Francia.

En la antigüedad, París cogía el agua directamente del río Sena y, una vez usada, se tiraba en las calles o descampados, con lo que regresaba al río para ser reutilizada.

Aproximadamente en el año 1200, el rey  Felipe Augusto ordenó pavimetnar las calles parisinas y la construcción de desagües en la localidad, y en 1370 se erigió  la primera alcantarilla cubierta.

Durante la etapa de Napoleón Bonaparte, París amplió su rede de alcantarillas cubiertas. En 1878 se construyó una doble red de distribución de agua y una red de alcantarillado con una extensión de más de  600 kilómetros. Años después, se colocaron alcantarillas en las calles con el fin  de arrojar el agua sucia lejos de París.

Durante la visita por el museo, los visitantes podrán profundizar en varios  detalles notables  de la inundación que destruyó París en 1910 producto del irregular funcionamiento del alcantarillado o varios pasajes de la conocid novela de Víctor Hugo «Los Miserables», que describe fielmente los oscuros pasadizos del mundo subterráneo.

Hoy en día,  el sistema de alcantarillado parisino está compueto por más de 2.400 kilómetros de túneles que atraviesan la capital gala , lo que equivale a la distancia entre París y Estambul. Todo un dato.

El Museo de las Alcantarilla se encuentra ubicado en Quai d’Orsay 93, junto al Puente del Alma, y se puede  visitar de sábados a miércoles desde las 10.00 a 17.00 horas. Las entradas de los adultos valen 4,30 euros y la de los estudiantes, 3,50.

Por último durante la visita al museo, se permite tomar fotografías o filmar las galerías. Se organiza en el corazón de la red de alcantarillas de la ciudad y se puede contemplar el colector de la avenida Bosquet, la principal calle de alcantarillado Cognac-Jay o el exceso de lluvia de la Plaza de la Resistencia.

Foto vía Arqhys