El cuadro de Picasso «La coiffeuse» (El tocador), robado al Centro Georges Pompidou en el ocaso del siglo XX y encontrado en Nueva York (Estados Unidos de Norteamérica) en el mes diciembre de 2014, vuelve a colgar en los muros del museo donde se perdió su pista entre 1998 y 2000. La obra regresa a casa.
Este pequeño cuadro de estilo cubista apenas mide 33×46 centímetros. Fue pintado por Pablo Ruiz Picasso en el año 1911 con tonos austeros, se expone nuevamente al público tras haber sido restaurada de forma completa por la jefa del servicio del Museo Nacional de Arte Moderno, con sede en el Centro Pompidou, Véronique Sorano-Stedman.
El retorno de «La coiffeuse» a Francia tuvo lugar el pasado 24 de septiembre en un acto que contó con varias personalidades del mundo del arte en Francia. Ahora ya se puede volver a ver en los muros del Centre Georges Pompidou.
Esta gran obra de Picasso está valorada en más de 13,3 millones de euros. Cuando la obra entró en los fondos del museo, en el año 1967, ya fue restaurada, si bien sin excesivos cuidados, con cola de harina, lo cual había provocado con el paso de los años un encogimiento de la tela de algunos milímetros y varios desgarros. Ahora su restauración ha sido más minuciosa y perfeccionada.
Creada durante el primer período cubista, conocido como analítico, en el cual Picasso descomponía los volúmenes y borraba la frontera entre espacio y objeto, «La coiffeuse» fue donada por el director de museos Georges Salles, el cual la había adquirido en 1953 al poplar marchante francés Ambroise Vollard, su propietario desde once años antes.
Durante el tiempo en el cual la obra estuvo desaparecida no le sucedió nada grave ni sufrió daños profundos, sin embargo no fue conservada en las mejores condiciones climáticas, por lo que su envejecimiento aumentó.
Por ello, en esta última restauración se han utilizado las más avanzadas técnicas y se han usado los archivos conservados antes y después de los préstamos, así como en una fotografía de conjunto de 1982, en ausencia de datos del procedimiento que se puso en paráctica en la mitad del siglo XX, que acabó provocando una irregular repartición de la cola y grumos.
En definitiva, ya se puede volver a ver a «La coiffeuse» en el Centro Georges Pompidou. Ha costad, pero se ha conseguido.