«Exhibiciones. La invención del salvaje» en el museo Quai Branly

La expansión europea a lo largo siglo XIX puso a los artistas del viejo continente en contacto con otras culturas y otros hombres que les sirvieron de doble fuente de inspiración. Crearon la imagen del buen salvaje, mas su reverso fue usado  para acuñar tópicos racistas que justificaron en cierta medida el colonialismo y la supremacía blanca sobre el planeta Tierra.

Una sobresaliente exposición en el Museo Quai Branly  narra gráficamente la interesada invención del salvaje bajo el título»Exhibiciones. La invención del salvaje». Se podrá visitar hasta el próximo 3 de junio de martes a domingo por un precio de 8,50 euros (6 euros para ciertos colectivos). El director de esta exposición es el exfutbolista Liliam Thuram, un hombre comprometido con estos temas desde hace tiempo.

Entre las casi 600 piezas mostradas,  sobresalen  el retrato de Antonietta Gonzales, por Lavinia Fontana en 1585, o el de Brígida del Río, la Barbuda de Peñaranda, de Sánchez Cotán. 

Hasta el siglo XX, el mundo occidental tenía una percepción de los indígenas de sus colonias un tanto peculiar y pintoresca debido a  una serie de tópicos y prejuicios que deformaban la realidad. Exponer seres humanos disecados en museos o exhibirlos en ferias y circos equiparados prácticamente a animales resultaba bastante común e incluso el estamento científico se prestaba a ello. Algo impensable hoy en día.

 Repartidas en cuatro zonas temáticas (Desconocimiento del otro, Freaks & Exóticos, El espectáculo de la diferencia y Puesta en escena, cada una correspondiente a una etapa desde el siglo XVII al XX) hay casi 600 piezas de diversos tipos, formatos y materiales: cuadros, dibujos, láminas, retratos, máscaras, artículos de prensa de época, carteles, películas… 

Además, durante el recorrido de esta muestra, el visitante podrá verse reflejado en una sucesión de espejos cóncavos y convexos que deforman su imagen metafóricamente.

Foto vía Qué ver dónde