Una exposición sobre la moda más exquisita de las décadas de 1920 y 1930 en el Museo Carnavalet

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El Museo Carnavalet de París ha puesto en marcha la exposición «Novela de un armario. El chic de una parisina entre la Belle Époque y los años treinta», un completo  recorrido de la moda más lujosa de los años veinte y treinta del siglo XX.  La protagonista de esta novela textil es Alice Alleaume, una comercial de moda y, especialmente,  una parisina elegante.

El armario de Alice Alleaume permite penetrar en los entresijos de la casa de alta costura Chéruit, que desapareció en 1933 y  fue un reflejo de una de las épocas doradas de la moda, donde la protagonista de este relato museístico fue la vendedora más destacada de la marca, ostentando el singular cargo de primera vendedora.

A través de esta elegante mujer, la muestra se divide en cuatro secciones y recorre la moda de los años veinte y treinta del siglo XX  a través de más de 400 objetos entre vestidos, sombreros, cuadros, complementos fotografías o manuscritos. La primera sala alberga los iniciosde Alice Alleaume y sus influencias familiares.

Además, rodeados por grabados, viñetas de la época y dos álbumes del ilustrador francés Georges Goursat, más conocido como Sem, en esta exposición  se pueden ver  media docena de coloridos trajes y sombreros que acercan al visitante al  centro de la exposición y a la década de 1920.

Así, se  recrea la casa Chéruit, donde Alleaume desarrolló todo su estilo y potencial, lo que significa el verdadero núcleo de toda la muestra.  A partir de aquí se accede a  documentos históricos como los cuadernos de notas de la protagonista donde se puede conocer a sus clientes, entre los que figuraron  la reina española Victoria Eugenia y su hija, la infanta Beatriz.

Por otro lado, entre numerosos documentos y fotografías, se presentan las populares líneas rectas de la moda de los años veinte que Alleaume, siempre a la última, contaba en su guardarropa. A través de la protagonista se puede conocer el estilo de los bañadores, los pijamas o la ropa que llevaban sus hijos.

Por último, la muestra concluye con la entallada moda de los años treinta donde se halla el vestido dorado y negro llamado «Brunehilde» con el que el pintor vanguardista Félix Bonnet inmortalizó a Alleaume.

Foto vía Blouin Artinfo