«Los impresionistas en privado», una magnífica exposición en el Museo Marmottan Monet

Los impresionistas en privado

Las obras más reservadas de grandes artistas como Cézanne, Degas, Monet o Renoir, lienzos guardados con cuidado durante años en colecciones particulares, se  exponen en París a través de la exposición  «Los impresionistas en privado«, que organiza el Museo Marmottan Monet.

Hasta ochenta pinturas y otras veinte esculturas y bocetos han abandonado sus cajas fuertes, pasillos, salones  y salas de reuniones de medio centenar de coleccionistas franceses, estadounidenses, mexicanos, suizos, italianos y británicos, para exponerse al gran público hasta el próximo 6 de julio en París.

El museo parisino que alberga esta muestra , pese a que  contiene algunas de las obras clave de la corriente impresionista, vive relegado a un segundo plano en la capital francesa,  donde la gloria de esa escuela se la lleva el famoso  Museo de Orsay.

La exposición  se lleva a cabo  entre los señoriales pasillos de un antiguo pabellón de caza junto al Bosque de Boulogne y que  en el año que celebra sus 80 años como pinacoteca, plantea  un recorrido por la historia del arte a través de lienzos excepcionales.

La muestra  transcurre cronológicamente y arranca con los antecesores de los impresionistas, esto es,  Jean-Baptiste Corot, Eugène Boudin y Johan Barthold Jongkind, quienes en la mitad  del siglo XIX anticiparon su método de trabajo, investigando sobre la luz y pintando en exteriores.

Fue Manet, que en 1863 expuso «Le Déjeuner sur l’herbe», una polémica tela donde mujeres desnudas comparten almuerzo con caballeros vestidos, quien cargó contra el academicismo imperante y abrió la puerta al impresionismo.  Monet, Renoir, Pisarro, Degas, Sisley, Berthe Morisot, Guillaume y Cézanne se unieron a esta libertad plástica mediante una exposición conjunta organizada en París en 1874 por el fotógrafo Nadar; así surgió el impresionismo.

A renglón seguido, la exposición se centra en  la figura de Gustave Caillebotte, cuyo pincel nunca recibió tantos elogios como el de sus amigos, pero cuyo dinero y altruismo le erigió en uno de los grandes mecenas de ese grupo de artistas.

La siguiente etapa del recorrido (1880) refleja el final de la cohesión de ese grupo de pintores, que expusieron juntos por última vez en 1886 y que luego cada uno tomó su camino, con frecuencia buscando paisajes y aire libre: Monet se estableció en Giverny, Regnoir en Cagnes, Pisarro en Éragny-sur-Epte, Sisley a Moret-sur-Loing y Caillebotte en Petit-Gennevilliers.

Solo se quedaron en París Morisot y Degas al que se le consagra el siguiente hito de la exposición, en la que se puede ver entre otros, el lienzo «Pagans y el padre de Degas». La exposición termina con el final del movimiento en el ocaso del siglo XIX.

Foto vía Noti Sistema