Los muros de un edificio abandonado de viviendas sociales junto a la orilla del río Sena se han llenado de color merced a un centenar de artistas callejeros que han plasmado su talento urbano en un monumento efímero que solamente durará un mes, antes de su demolición.
Un centenar de «grafiteros» de 16 países han llenado las paredes, el techo, el suelo y la fachada de este edificio, los 36 apartamentos repartidos en nueve pisos, más de 4.500 metros cuadrados de arte callejero en estado puro en pleno corazón de París.
«Torre París 13» es un museo al aire libre que se podrá durante un mes de forma gratuita como homenaje a un tipo de arte que va ganando espacio y adeptos en las grandes ciudades del mundo.
Se trata de un proyecto desinteresado pues ni uno de los artistas ha cobrado por su trabajo, nadie ganará dinero con «Torre París 13». Solo se busca promover este tipo de arte urbano.
El galerista Mehdi Ben Cheikh, especializado en el «street art», es el padre intelectual de esta flamante idea. Habituado a descubrir descarnados muros exteriores para pintar en ellos obras callejeras, Mehdo halló un edificio situado frente al río Sena que era ideal para acoger toneladas de pintura.
Una vez consiguió la aprobación y el respaldo de las autoridades del Ayuntamiento de París, Mehdi puso en marcha el proyecto de crear el mayor museo de arte callejero del mundo. Con una única condición: Que resultara efímero.
Entonces, Mehdi consiguió convencer a un centenar de artistas provenientes de los cinco continentes, desde Arabia Saudí a Brasil, de Australia a Chile, de Argentina a España. Todo un hito.
El edificio empezó a cobrar vida, a lo largo de los siete meses que duró la preparación. El colorido de diferentes interpretaciones del «grafiti», la reconstrucción de una habitación derruida por un bombardeo, el juego de luces recreado a través de lazos, el tiempo detenido en una vieja cocina son las muchas marcas de los artistas que se pueden ver en «Torre París 13».
Foto vía TV5Monde