París reduce sus atascos

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El tráfico es uno de los grandes problemas de las grandes ciudades. El exceso de coches, la circulación lenta y la contaminación son grandes males de las urbes modernas. Por ello, las autoridades buscan todo tipo de medida para aligerar estos males. París no se escapa a este déficit.

Así, desde el pasado mes de enero, París ha reducido la velocidad máxima permitida en los accesos a la capital de Francia de 80 kilómetro/hora a 70 kilómetros/hora. Los motivos fundamentales de esta medida eran reducir la contaminación, el ruido y mejorar la seguridad vial. No obstante, ha tenido otro efecto  totalmente inesperado: han descendido los atascos.

Según la consultora de movilidad INRIX, los atascos de París se han reducido en un 37% en comparación con las mismas fechas del año  2013. Un conductor promedio pasaba durante el año pasado 103 minutos de media al día parado o circulando a baja velocidad por la intensidad de los atascos en París; pero en el 2014 esta cifra se ha reducido a 66 minutos de media. Una grata noticia.

La consultora ha afirmado que esta mejora en la circulación  parisina se debe a que una velocidad máxima más baja provoca que todos los vehículos circulen a velocidades parecidas y constantes, evitando el “efecto acordeón” que suelen provocar los atascos. Este es un fenómeno conocido, y que ya habían identificado otros reputados expertos como Tom Vanderbilt, autor del famosos libro Traffic: Why We Drive the Way We Do.

En ocasiones, la idea del conductor es errónea. Así, acelerar en la carretera no es la forma  de llegar antes a los sitios, sino mantener una velocidad constante  y regular. No hay que tener miedo a tomar este tipo de medidas, sobre todo si además llevan aparejadas reducciones de siniestralidad y contaminación. Hay que pensar un poco más cuando uno circula en una gran ciudad como París.

Foto vía El diario.es