Seis meses después de los atentados del pasado 13 de noviembre en la capital de Francia, el turismo no acaba de arrancar y se nota día a día en las calles parisinas. Así, la baja tasa de ocupación en los hoteles, las tiendas con escasos clientes y los restaurantes con menos comensales demuestran que a los turistas les está costando más de la cuenta regresar a París.
En primer lugar, el sector hotelero parisino continúa sin levantar cabeza. De este modo, en el pasado mes de abril, la tasa de ocupación hotelera descendió al 70,4%, en comparación con el 81,4% de abril de 2015.
Para compensar estos malos datos, los establecimientos hoteleros parisinos decidieron bajar sus precios y al final su facturación sumó una caída del 19,6%. Dsede hace por lo menos 15 años, no se bajaba tanto en este sector.
A todo ello, se añade que la clientela de turismo del extranjero no viene, sobre todo, los japoneses y los chinos, dos grupos de turistas que se suelen dejar mucho dinero en su visita a París.
El sector hotelero augura una recuperación durante la Eurocopa, que se dipustará Francia del 10 de junio al 10 de julio, aunque las reservas de hoteles no invitan al excesivo optimismo.
Por lotro lado, hay menos clientes en los restaurantes, sobre todo, durante las noches. Cada vez hay menos comensales en los restaurante y, a partir de las 22.00 horas, París se vacía casi por completo.
También las tiendas de lujo han acusado el golpe, especialmente por la baja afluencia de clientes asiáticos. Ello se nota en los grandes almacenes del bulevar Haussmann, en las famosas Galeries Lafayette y en la cadena Printemps. Las ventas son inferiores a fechas antes de los atentados del pasado mes de noviembre.
En el sector del espectáculo, los conciertos han conseguido llenar el aforo, después un breve periodo de caída, sin embargo el teatro ha registrado una descenso , sobre todo debido la caída de los obras dirigidas a un público joven, por la reducción de las excursiones escolares ante el miedo de un nuevo atentado.
Por último, el Museo de Orsay ha sumado una caída de los visitantes de un 8% desde principios de 2016, incuso a pesar del gran éxito de la exposición del Aduanero Rousseau. Y el Museo de Louvre ha mejorado sus cifras durante la Semana Santa, auqneu sigue por debajo de sus números habituales.