La arquitectura contemporánea en París

La arquitectura contemporánea también tiene su hueco en París. En la capital gala, varios edificios civiles se erigen como notables ejemplos de la arquitectura del siglo XX.

El arquitecto más francés del siglo XX, Charles-Edourad Jeanneret, más conocido como Le Corbusier, realizó la mayor parte de su obra fuera de París, aunque creó varias viviendas para la ciudad francesa, el Pabellón Suizo y una residencia para estudiantes suizos en la Ciudad Universitaria.

Asimismos, los arquitectos franceses educados en la Ecole de Beaux-Artes dejaron su legado en París en los primeros edificios del distrito de rascacielos de La Defense, así como en el edificio de la Unesco (1958) y la magnífica Tour Montparnasse de 210 metros de altura.

París debe gran parte de su atractivo y la fama de sus principales edificios contemporáneos a la vanidad de sus presidentes. Así, en 1977, Georges Pompidou encargó la construcción de un edificio que en su día fue duramente criticado y hoy en día es admirado, el Centre Beaubourg, llamado más tarde Centre George Pompidou.

El suceso de Pompidou, Valéry Giscard d’Estaing, fue clave en la transformación de la Gare d’Orsay, una estación de trenes abandonada, en el glorioso Museo de Orsay.

No obstante, fue François Mitterrand, con su gusto por la modernidad, el que superó a todos sus antecesores con la construcción de cerca de una docena de proyectos de gran envergadura en París.

Entre los que destacan la polémica Gran Pirámide de J.M. Pei. Se trata de una pirámide de cristal creada en 1993 para albergar la entrada principal del Museo del Louvre. También sobresalen el segundo teatro de la ópera de la ciudad, la Opera Bastille (1989);  la monumental Grande Arche de la Défense (1989); el Conservatoire de París de la Cité de la Musique (1994); los Grandes des Serres (1992); el Ministerio de Economía (1990); y las cuatro torres de cristal de la Bibliotheque Nationale de France (1995).

Finalmente, uno de los edificios modernos más bellos construidos en París a finales del siglo XX es el Institut du Monde Arabe de Jean Nouvel, inaugurado en 1987. Triunfó debido a su sabia mezcla de elementos árabes antiguos y modernos y elementos occidentales.