La Plaza de los Vosgos, la más antigua de París

Pasear, pasear y pasear. París no sólo es la Ciudad de la Luz, ni la de los enamorados, ni tantos otros tópicos que se os pudieran venir a la mente. Ciertos son, sí, no seremos nosotros quienes los pongamos en duda. Pero para llegar hasta ellos antes hay que pasearse París, sentirla, vivirla, gustarla.

Siempre que paseo por ella suelo acabar todas las tardes en la Plaza de los Vosgos, una de las plazas más antiguas de la ciudad. Situada en el barrio de Le Marais, no tiene grandes monumentos, ni una espectacularidad sublime. Simplemente encanto, historia, viejas leyendas de una París nostálgica y bohemia.

Data de 1605, y fue mandada construir por Enrique IV, en un lugar en el que antiguamente se celebraban torneos medievales y los clásicos duelos de los mosqueteros que tanto gustaban a los parisinos, aunque no se inauguró hasta 1612, aprovechando la fiesta de las bodas de Luis XIII y Ana de Habsburgo.

Cuando llegáis a ella y atravesáis sus arcos os veréis rodeados por 36 casas de ladrillo y piedra, con tejados azules de pizarra y ventanas abuhardilladas. Lo curioso del caso es que, si bien en un principio estaban destinadas para simples trabajadores y artesanos, pronto altos cargos como el Cardenal Richelieu o artistas como Víctor Hugo y Moliere se prendaron de la zona.

En ambos extremos de la plaza veréis que las casas son un poco más altas que las otras. Son el Pabellón del Rey y el de la Reina. Bajo la galería de arcos tenemos tiendas de souvenirs, artesanía, galerías de arte, librerías, antigüedades, etc… Son un poco caras, eso sí, ¿eh?.

Hoy en día aquellas casas siguen perteneciendo a la clase elitista. Sin embargo, cualquiera lo diría, ya que puedes llegar tranquilamente y tumbarte en el césped a descansar e incluso merendar. Las familias vienen aquí con sus niños a jugar, músicos y cantantes sirven como telón de fondo. Todo es tan popular aquí…

En una de las casas, la número dos precisamente, vivió Víctor Hugo de 1832 a 1848. Hoy se puede visitar y contemplar algunos de sus retratos, fotografías, escritos y otros documentos.

Al ser la primera plaza que se abrió en París, no creo que esa historia la conozcan los niños que siempre suelen jugar en ella. Ni tan siquiera sabrán que en aquellas casas quiso vivir toda la corte y la aristocracia del París más excéntrico. Ellos juegan frente a ellas, frente a la historia de su vieja ciudad.

Foto Vía France Travel Photos

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